Descripción de los arquitectos. El área de acceso de este sitio es un espacio acogedor, pues los edificios existentes y paredes de piedra lo convierten en un confinado lugar en sombra. Para llegar a la parte más alta del recinto, una pendiente hacia el oeste, es considerable. En este punto, despojado de límites, las montañas distantes son el único horizonte.
La tarea consistía en convertir a los edificios, de uso agrícola, en una casa de fin de semana para una familia de cuatro generaciones. Así mismo, un programa habitual para una casa unifamiliar: sala, comedor, cocina, cinco dormitorios y comedor, está organizado para que cada espacio se puede utilizar con un grado de intimidad e independencia. Se solicitó además, para este programa la adición de una biblioteca.
Las principales áreas de la casa ocupan los antiguos corrales -cuatro volúmenes pétreos y oscuros, con algunas aberturas, adyacentes entre ellas pero sin comunicación, ubicados en diferentes niveles y siguiendo la pendiente del terreno con orientación Norte.
El proyecto propone dos operaciones fundamentales: en primer lugar un nuevo eje longitudinal que atraviesa los diferentes edificios existentes, como un pasillo tallado en piedra que une los distintos espacios. En segundo lugar, dos nuevos patios que permiten la luz natural para llegar a las partes más internas de la casa.
La obra se completa con un comedor exterior y una piscina situada cerca del suelo del establo existente en la parte superior de la tierra, aprovechando las mejores vistas y una exposición al sol más ventajosa.
A lo largo del proceso de trabajo la idea de contraste y sorpresa estuvieron siempre presentes. El exterior imita superficies pedregosas y del entorno, siendo muy diferente del interior que es sobrio y muy iluminado, ofreciendo un encuentro inesperado de contrastes entre lo delicado y la brutalidad aproximada del ambiente circundante.